Paisajes

 Los paisajes son para mí lo que un dulce para un niño. Me abren la memoria, el alma y claro, los ojos.

Me gustan los paisajes de playa, de montaña, de carreteras, de lagos, de pueblos, de colinas, en fin, todo un repertorio, pero aparte de las vistas, me gusta sentir el aire, la brisa que roza mi cara suavemente llenándome de energía infinita, esa energía que se convierte en motor para  crear, porque en esos pequeños placeres,  de observar,  de sentir, de estar, nacen ideas que, posteriormente iré plasmando en escritos que nunca imaginé poder crear. 

Puedo hacer de una vista " corriente",  un paisaje soñado con solo imaginar. Cuanta capacidad tiene el cerebro para crear, para imaginar algo que nunca ha existido talvez; cuanta capacidad tiene para llevarnos a lugares que creíamos solo existían en los cuentos.

En esos instantes soy libre de pensar lo que desee, de posar la mirada donde quiera, de detener el tiempo que no se detiene para apreciar los detalles como lo hago yo, de elegir los sentimientos que me producen; ésa misma libertad la tienen los paisajes, pero, aunque parezca o sea contradictorio,  es una libertad que te atrapa.

Cuanta belleza hay en las maravillas que nos ofrecen los paisajes, cuanto podemos crear en un parpadeo; no, no es poesía,  es simplemente la manera en como una vista puede transformar o cambiar nuestra forma de ver las cosas, como nos renueva si nos sentimos cansados, y como nos da respuestas a preguntas nunca formuladas.

Tengo una biblioteca de paisajes en el fondo de mi memoria, por si alguna vez ocupo recrear  algo que nunca he vivido o que tal vez  jamás existió. Que cómo voy a recrear algo que nunca he vivido? Sencillo. Yendo a la imaginación, donde puedo ver y vivir lo que no existe, donde los paisajes son infinitos   y puedo ir cuantas veces quiera; y algo que jamás ha existido?Fácil, creandolo.


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