Ser creativo es ser revolucionario y romper con lo establecido. Ser de esas personas que son capaces de reformular las leyes, de romperlas, de hacer y ser el cambio.
Inventar nuevos mundos, obliga a cualquiera a romper ciertas reglas y destruir lo ya establecido; el punto es, buscar la belleza o lo diferente donde nadie es capaz de encontrarla y es aquí, en ésta búsqueda donde residen las mejores ideas, porque avanzas en un camino tan liberador que sientes que puedes hacer lo que quieras.
No seguir un estereotipo es poder saltarse las reglas y no conformarse con lo que todos desean y les gusta. Arriesgarse a hacer las cosas de manera diferente, de ser el cambio, de salirse de la caja a la cual la sociedad, lo rutinario, las reglas y todo lo que tenga que ver con seguir al rebaño como ovejas sumisas, te encierran.
Poder ser parte de ese pequeño porcentaje de quienes tienen el valor de hacer lo que les gusta, de arriesgarse, de provocar el cambio tan anhelado por todos aquellos que los detiene el miedo a mostrarse diferente; ese 0.01% es el número de personas que se atreven a ver más allá, los que no están satisfechos con una sola realidad pudiendo hacer muchas más.
Lanzarse a ser el diferente, el raro, el creativo, el loco o como lo quieran llamar, es arriesgado pero vale la pena; arriesgado porque salimos de la zona de confort y somos señalados y vale la pena porque no se siguen las normas establecidas por personas a quienes temen a los cambios y se quedan estancadas. Poder transmitir una visión que rompe con lo normal, porque ser diferente es sinónimo de único y toda persona creativa lo es.
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