Normalmente escribo en el día, pero en la noche cuando todo está apagado, surgen todo tipo de ideas para escribir, desde títulos hasta escritos enteros, todos en mi cabeza como una máquina;ahí podría pasar horas creando historias pero no puedo quedarme mucho tiempo, sino no querré despertarme a la mañana siguiente.
Éstas son las horas creativas, donde las ideas pasan como imágenes en los visores, esos rojos (sólo de ese color los recuerdo) que se les metía un disco de cartón con pequeñas imágenes. Veo como la imagen de los títulos queda flotando, esperando a que termine de crear esa pequeña historia o simplemente un título para poder inventar algo que luego pueda leer. Aveces suelo olvidar que fue lo que creé mentalmente la noche anterior, supongo que debería de escribir las ideas en el momento que surgen o talvez solo llegan para que sean creadas y disfrutadas en esos pequeños instantes, en esos a los que llamo las horas creativas, esas que están como los soldados en pleno combate, enfrente, listos para defender(se), pero en este caso, las horas creativas están en defensa de la imaginación.
Comentarios
Publicar un comentario